VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Existe una frase «A la mujer ni con el pétalo de una Rosa»

No todos los «Varones» tienen clara esta verdad y como si estuvieran en un cuadrilátero midiéndose a golpes con su oponente, violentan físicamente a un mujer.

Me pregunto, si los susodichos habrán sido paridos de mujer, tendrán una hermana, una hija…

¿Por algún minúsculo segundo pensarán lo que están haciendo? o es que actúan como animales de carroña, por sólo instinto para devorar a su presa. Yo creo, que son monstruos, engendros inanimados que no miden consecuencias.

En Bolivia, se promulgó la Ley 348, que en sus artículos 1er y 2do dice:


ARTÍCULO 1. (MARCO CONSTITUCIONAL). La presente Ley se
funda en el mandato constitucional y en los Instrumentos, Tratados y
Convenios Internacionales de Derechos Humanos ratificados por Bolivia,
que garantizan a todas las personas, en particular a las mujeres, el derecho
a no sufrir violencia física, sexual y/o psicológica tanto en la familia como en
la sociedad.
ARTÍCULO 2. (OBJETO Y FINALIDAD). La presente Ley tiene por
objeto establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de
prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de
violencia, así como la persecución y sanción a los agresores, con el fin de
garantizar a las mujeres una vida digna y el ejercicio pleno de sus derechos
para Vivir Bien.


Con esta ley se garantiza a las mujeres, 1) A no sufrir cualquier tipo de violencia y 2) El establecimiento de mecanismos de protección, reparación y persecución a los agresores.

Pese a ello, continúan menoscabando su integridad física y psicológica, hasta llegar a ser asesinadas.

Una ola de feminicidios impera en Bolivia, las ciudades con mayor índice son: Santa Cruz,  Cochabamba y La Paz, lo alarmante es que la mayoría es por «Motivos pasionales» y estos son originados por el «Machismo» que repercute en la agresión física, sexual, psicológica y muerte.

Si en el tiempo de nuestros Tatara-abuelos, la mujer no tenía vos ni voto y por obligación tenía que aceptar las agresiones de su «Señor Marido» ese tipo de idiosincrasia, fueron transmitiendo de generación en generación, y pese a que en la Revolución Nacional de 1952 se incorporó al escenario político el voto universal, todavía seguimos en pañales.

Desde 1952 a la fecha, si bien la mujer, tiene participación, poder de decisión y ocupa puestos de jerarquía en instituciones públicas y privadas, inclusive, su papel en el hogar ya es compartido con su marido o acompañante, todavía se evidencia cierto odio, por parte de los varones, no sólo por el poder económico o el grado de dependencia.

¿Qué podemos hacer entonces?

Educar a nuestros Hijos varones, inculcarles valores, que prevalezca el respeto hacia sus semejantes, la igualdad de género y capacidades, fomentar la comunicación y la armonía de convivencia.